El Banco Nacional Checo redujo su tasa de recompra a dos semanas al 3.5% en mayo de 2025, después de dos meses de estabilidad en el 3.75%, como estaba previsto.
Al mismo tiempo, redujo la tasa de descuento en la misma cantidad, al 2.50%, y la tasa Lombard al 4.50%.
La decisión fue respaldada por la caída de la inflación al 1.8% en abril, la más baja desde marzo de 2018, y la apreciación de la corona, que alcanzó su nivel más fuerte desde junio frente al euro y desde junio de 2023 frente al dólar, abriendo espacio para recortes.
La medida sigue la tendencia del Banco Central Europeo y busca preservar la competitividad de las empresas checas.
Además, los aranceles de EE.
UU.
representan un riesgo para el crecimiento, justificando una política monetaria más estimulante.