La economía de Estonia se contrajo un 0,3% interanual en el primer trimestre de 2025, revirtiendo una expansión del 1,2% en el período anterior.
El consumo privado disminuyó un 0,6%, tras un aumento del 1,3% en el cuarto trimestre de 2024, mientras que las inversiones fijas cayeron ligeramente (-0,1%), aliviando la fuerte caída del 10,3% en el trimestre anterior.
Destacablemente, la inversión gubernamental aumentó un 20,6%.
La demanda externa neta afectó al PIB, ya que las exportaciones crecieron un 5,4% (frente al 2,9% en el cuarto trimestre), pero fueron superadas por un aumento del 5,8% en las importaciones (frente al 4,8%).
Sin embargo, el gasto gubernamental aumentó un 1,7%, después de una contracción del 1,1% en el trimestre anterior.
En el lado de la producción, la mayoría de los sectores frenaron la actividad económica, liderados por energía (-22,4%), agricultura (-17,8%) y transporte (-10,3%).
Los sectores comercial y financiero también disminuyeron un 3,3% y un 1,6%, respectivamente.
En términos trimestrales ajustados estacionalmente, el PIB se contrajo un 0,3% en el primer trimestre, tras un crecimiento revisado a la baja del 0,2% en el cuarto trimestre de 2024, marcando la primera contracción trimestral en cinco trimestres.