El Riksbank sueco mantuvo su tasa de política en 2% en agosto de 2025, en línea con las expectativas, ya que la inflación ha aumentado más de lo previsto pero se considera temporal, mientras que la actividad económica sigue débil.
Los datos recientes mostraron una inflación algo por encima del objetivo, pero es probable que el repunte esté impulsado por factores de corta duración, con varios indicadores que sugieren que volverá a situarse en torno al 2%.
El crecimiento sigue siendo moderado, el consumo de los hogares es cauteloso y el mercado laboral muestra poca mejora.
Las condiciones internacionales siguen siendo inciertas, con tensiones geopolíticas y negociaciones comerciales de EE.
UU.
que añaden riesgos.
Sin embargo, el aumento de los salarios reales, los recortes de tasas anteriores y la mejora de la confianza empresarial ofrecen algunas bases para la recuperación, aunque a un ritmo lento.
Dadas estas condiciones, el banco central decidió mantener las tasas estables, manteniendo la evaluación de junio de que las perspectivas son en gran medida inalteradas y dejando abierta la posibilidad de un nuevo recorte de tasas este año si la inflación disminuye y la debilidad económica persiste.