El Banco Central de Uruguay mantuvo su tasa de política en 9.25% en mayo de 2025, la más alta desde 2023, para apoyar la convergencia en curso de la inflación hacia la meta del 4.5%.
La inflación se situó en 5.36% en abril, dentro del rango de tolerancia del 3-6% por el 23er mes consecutivo.
La inflación subyacente permanece cerca del límite superior, lo que indica rigideces de precios persistentes.
Las expectativas de inflación a dos años de los analistas cayeron de 5.8% a 5.5%, y las expectativas del mercado disminuyeron de 6.1% a 5.3%.
El pronóstico a corto plazo del BCU muestra una desinflación ligeramente más fuerte de lo esperado previamente, potencialmente alcanzando la meta del 4.5% en 12 meses.
Sin embargo, la débil actividad local y la incertidumbre global pesaron en las perspectivas.
A pesar de las expectativas de inflación más bajas, el banco central citó la inflación subyacente elevada y las proyecciones aún altas como razones para mantener su postura contractiva y mantener estable la tasa de referencia.