El Banco Central de Uruguay redujo su tasa de política en 25 puntos básicos a 9.00% en julio de 2025, manteniendo una postura contractiva para apoyar la convergencia en curso de la inflación hacia la meta del 4.5%.
La inflación se situó en 4.59% en junio, en línea con el rango objetivo, mientras que la inflación subyacente también se moderó pero sigue sujeta a rigideces de precios en bienes y servicios no transables.
Las proyecciones del BCU se revisaron a la baja, mostrando que la inflación se mantendrá alrededor del 4.5% en los próximos dos años.
La debilidad global del dólar y la reducida incertidumbre comercial y geopolítica han mitigado la volatilidad de precios internacionales.
La Junta enfatizó la importancia de consolidar la inflación en la meta y reforzar la trayectoria descendente de las expectativas, señalando que podrían ser justificados recortes adicionales de tasas si la inflación y las expectativas evolucionan según lo proyectado.