La tasa de inflación anual de España se revisó ligeramente al alza hasta el 2% en mayo de 2025, frente a una estimación preliminar del 1,9%.
A pesar de la revisión al alza, la inflación se desaceleró por tercer mes consecutivo, marcando el nivel más bajo en siete meses, bajando desde el 2,2% en abril.
La principal presión al alza provino de alimentos y bebidas no alcohólicas, que aumentaron un 2,5%, acelerando desde el 2% en abril, con los precios de la fruta liderando el aumento.
En contraste, las mayores contribuciones a la baja provinieron de recreación y cultura, donde la inflación se desaceleró al 0,5% debido a la caída de los precios de los paquetes turísticos, y de los costos de vivienda, cuyos precios aumentaron a un ritmo más lento del 3,8%, impulsados principalmente por los menores precios de la electricidad.
En términos mensuales, el IPC subió un 0,1%, superando la estimación inicial de una lectura plana, aunque aún marcando el menor aumento mensual desde septiembre del año pasado.
Mientras tanto, la tasa de inflación subyacente anual se desaceleró al 2,2%, ligeramente por encima de la estimación preliminar del 2,1%, pero por debajo del 2,4% en abril.