La inflación anual de España se situó en un máximo de cinco meses del 2,7% en agosto de 2025, igualando la lectura de julio y ligeramente por debajo de las previsiones del mercado del 2,8%.
La estabilidad de la inflación reflejó tendencias opuestas, con los precios de los combustibles subiendo al caer menos que en agosto del año pasado, mientras que los alimentos, las bebidas y la electricidad ejercieron presión a la baja, con precios que caían más bruscamente o subían más lentamente que hace un año.
Mientras tanto, la inflación subyacente, que excluye componentes volátiles como los alimentos y la energía, aumentó a un máximo de cuatro meses del 2,4% en agosto, desde el 2,3% del mes anterior.
Considerando que el IPC armonizado de la UE aumentó un 2,7% en términos anuales, igualando las expectativas, y se mantuvo sin cambios mes a mes, por debajo del aumento previsto del 0,1%.
En términos mensuales, los precios al consumidor se mantuvieron estables, después de una disminución del 0,1% en julio y en contra de las estimaciones del mercado de un aumento del 0,1%.