El Banco de Japón mantuvo su tasa de interés clave a corto plazo sin cambios en 0.5% durante su reunión de junio, manteniendo el nivel más alto desde 2008 y alineándose con las expectativas del mercado.
La decisión unánime subrayó la postura cautelosa del banco central ante los crecientes riesgos geopolíticos y la persistente incertidumbre sobre las políticas arancelarias de EE.
UU., ambas de las cuales continúan representando amenazas para el crecimiento económico global.
Tokio y Washington acordaron extender las negociaciones comerciales después de no lograr un avance durante las discusiones al margen de la Cumbre del G7 en Canadá.
Mientras tanto, como parte de su gradual normalización de la política, el BoJ reafirmó su plan de reducir las compras de bonos del gobierno japonés en JPY 400 mil millones cada trimestre hasta marzo de 2026.
A partir de abril de 2026, luego reducirá la reducción a JPY 200 mil millones por trimestre hasta marzo de 2027, apuntando a un nivel de compra mensual de alrededor de JPY 2 billones, lo que indica un camino medido pero constante alejándose de una política monetaria ultraflexible.